Los días soleados siempre pienso
en la muerte. Me he vuelto extraña, como del revés. Disfruto de las pesadillas
que se cuelan en mis sueños, de las falsas relaciones con la gente que no
aprecio y de mi desaborido esposo. Estoy tan satisfecha de todo que me sabe
bien hasta el dolor. Lloro de risa por mis penas, por esas normas que no tienen
corazón, por esa amargura que me oprime. Todo se gira, y como no sé muy bien dónde
caerme muerta, soy yo misma la que se clava un chuchillo por la espalda para gozar
de esa agonía.
Sergi, a veces los mundos que se vuelven del revés son los más cuerdos. En tu caso, la protagonista es así como parece sentirse más viva, incluso con ese puñal por la espalda.
ResponderEliminar¡Buen Viernes Creativo!