El periodista se tragó una mosca mientras realizaba una entrevista al
único atleta español que había participado en los cuatrocientos metros vallas.
Estaban en el Estadio de Montjuic, a pie de pista; Barcelona había sido la
ciudad candidata para organizar los Juegos Olímpicos. El cámara, que grababa aquel
momento con interés, advirtió el percance sufrido por su compañero, y lo que en
principio parecía una divertida anécdota sin importancia, pasó a ser la noticia
del día. El insecto, que en realidad no era una mosca, se metió por la laringe,
atravesó las cuerdas vocales y las hizo vibrar. Su voz emitió un bramido
penetrante, desgarrador. La minúscula alimaña siguió recorriendo el sistema
respiratorio del reportero y se introdujo por la tráquea hasta acceder al
pulmón derecho. La red capilar que hacía posible el intercambio de oxígeno con
la sangre se detuvo, y los millones de alveolos encargados del desplazamiento
del aire de la atmósfera a los pulmones y viceversa hicieron que el proceso
cíclico de la ventilación, inspiración y espiración, se interrumpiera; y con
ello todas las funciones vitales.
jueves, 28 de marzo de 2019
lunes, 25 de marzo de 2019
UNA MUJER ENSIMISMADA
La prosperidad de una mujer ensimismada residía en aceptar su naturaleza.
Esta mujer, que aspiraba a encontrar su bienestar, era esclava de
circunstancias: el día nacía con un sol que la obligaba a levantarse, a
emprender un comienzo. Comía de manera fraccionada: un desayuno, una comida,
una merienda y una cena. A veces, en la oficina donde trabajaba, de repente,
entraba un rayo de sol por la ventana, y eso era suficiente. Mejor que un viaje al Caribe o
estar tumbada en una hamaca bajo una palmera. Oía a la gente, miraba por la
ventana y hablaba consigo misma. También sonaba el teléfono. Lo cogía y decía:
¿Diga? Eso marcaba el día, sus días. Por la noche dormía. Soñaba. Así, al
levantarse, lo anterior no significaba tanto, y podía seguir viviendo más o
menos cuerda. Entera.
miércoles, 20 de marzo de 2019
PICADURAS
El mosquito-tigre es una extravagancia de la naturaleza, igual que la
mosca-rinoceronte o la libélula-cocodrilo. Sus picaduras son alarmantes,
peligrosas, incluso letales. Estas criaturas, cuando se concentra un alto
porcentaje de humedad en la atmósfera, clavan sus espinas a los homínidos,
gangrenando sus cuerpos de cuello para abajo. La cabeza se les hincha en tonos
jacintinos y toma un tamaño colosal. Los ojos se desorbitan, se vuelven tremebundos.
Les desaparece la boca, se taponan los orificios de la nariz y los estertores
de la muerte retumban en ellos anunciando lo inevitable. En esta concreta envoltura
climatológica, si la humedad contenida en el ambiente pasa a una fina lluvia,
el cuerpo de sus víctimas salta por los aires. Sin embargo, tras la cruenta explosión,
en el suelo queda un tejido muerto que jamás se descompone.
martes, 12 de marzo de 2019
LA INSPIRACIÓN
El pintor estaba sentado frente a un lienzo en blanco, en silencio.
Cuando dieron las doce del mediodía y vio que la luz del sol incidía sobre la
tela imprimada, dijo:
«Lienzo, querido, quiero que sepas que todo este tiempo he estado
fuera, alejado de ti, lejos de este pueblo costero. He viajado. He retenido
paisajes en mi cabeza; he conocido nuevas culturas; he visto cosas
sorprendentes. Observar a la gente ha sido una fuente inabarcable de
fascinación. He habitado océanos. El mar es muy repetitivo por arriba, por su
superficie. Su interés reside por debajo, en sus profundidades. He contemplado
el desove de los arrecifes de coral gracias al influjo de la luna; de esa
manera tan mágica millones de perlitas se expanden y proliferan los mares. He
conversado con criaturas marinas y organismos de la familia de las algas;
también con una gran variedad de plantas terrestres. Y lo mejor de todo: he construido
una catedral de porexpán que se movía con el viento sobre el cuerpo ondulante
de los mares. La tengo atracada en la playa, majestuosa, a la espera de ser
intervenida en su espumosa blancura con mi renovada percepción. Igual que tú,
querido lienzo».
martes, 5 de marzo de 2019
HORRORES PRODIGIOSOS
El ataúd es el portal que han diseñado para pasar a otra dimensión.
Creen en el bien y en el mal; en los castigos ejemplares para los mezquinos y
en el descanso eterno para los bondadosos. No hacen ascos al canibalismo si es una
cuestión de vida o muerte. Normalmente, las situaciones marcan su conducta. Son
capaces de decir una cosa y hacer otra. Rechazan el odio. Sin
embargo, si les nace es fantástico e imaginativo. Pueden despreciarte y sonreírte
al mismo tiempo. Sus costumbres son inalterables, y siempre las mezclan con el alcohol.
Ven la sacralidad de las cosas. Entienden la naturaleza porque tienen una
inteligencia, una conciencia, un sentido común, pero la mayoría de ellos son inválidos
de alma.
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