La cantidad de energía que muchos
jóvenes universitarios dedicaban para buscar trabajo era, salvando las
distancias, muy parecida a la del protagonista de “Puños mortales”; una trepidante
película de acción donde un fortísimo luchador se tomaba la justica por su mano
y peleaba por sus ideales en mil trifulcas callejeras para castigar a los malos.
Lo curioso es que a pesar de que su vida siempre pendía de un hilo, en esas
cruentas contiendas, jamás recibía el más mínimo rasguño o golpe de sus
adversarios. Nadie podía con él. En la vida real eso nunca pasaba, te molían a
palos.
Sergi, la vida real y la ficción a veces no van de la mano, bueno casi nunca.
ResponderEliminarAbrazos.