martes, 17 de abril de 2018

EL RELOJ


El «tic-tac» del viejo reloj de péndulo va descompasado. El «tic» suena primero y cuando esperas el «tac» resulta que tarda más de lo esperado. ¿Para qué sirve un reloj que funciona así? Está enfermo. Lo curioso es que el relojero vino a casa para echarle un vistazo y, tras examinarlo, nos dijo que su mecanismo iba perfectamente. Yo creo que en esas saetas se alberga el mal. Cuando el médico de relojes lo hizo funcionar ante nosotros, el «tic» y el «tac» tenían la misma cadencia y su intermitencia era correcta, marcial, precisa. Sin embargo, cuando nos quedamos solos con él, nuestra casa pasa a ser un lugar extraño y atemporal donde el tiempo vuelve a medirse caprichosamente.

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