lunes, 3 de octubre de 2016

CÍRCULO VICIOSO

Un señor, que bien podría ser cualquiera de nosotros, buscaba el tráfico de la ciudad para avivar sus pensamientos más tóxicos. Todo por la compulsión de herirse y no dejarse fluir. Conducía violentamente, dando volantazos, envuelto en la confusión y el desorden, pues estaba convencido de que lo mejor que podía pasarle era sufrir un grave accidente. Sin embargo, sin darse cuenta, entró por una estrecha calle circular de la que todavía hoy no ha conseguido salir. Siente mareos y náuseas, pero ya no se alimenta de las obsesiones destructivas. Sale del coche cuando le parece y visita concurridas cervecerías. 

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