Ahora
recuerdo quién eres. Sufrí un fuerte golpe en la cabeza y no he vuelto a ser el
mismo. Ya lo sabéis, claro. En realidad, es algo traumático para vosotros, los
que siempre estáis cerca. Y tú lo estás, lo has estado; se nota en tu mirada.
No sientas pena. Es cierto que no logro recordar mi esencia. Pero no me
preocupa ni siento tristeza por ello. Vivo feliz como un niño: nunca tengo
miedo. Hago lo que me apetece en cada momento. Ahora hablo contigo; luego ya
veremos. Seguramente emprenda un viaje nuevo a la vuelta de la esquina.
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