lunes, 31 de octubre de 2016

CUIDADOS PALIATIVOS

La mujer taciturna está sentada, cerca de la ventana, con la espalda recta, hierática como una esfinge, pegada a la silla, casi incrustada, con los brazos apoyados en el reposabrazos. La han duchado y vestido. Está perfecta, impoluta; casi bella. Pero no se mueve. No habla. Solo respira pausadamente. Está llena de recuerdos; de personas, lugares, hechos, ideas… También de miserias, de voces oscuras que la amargan. No está sola, la cuidan cada día, pero ella se ve incapaz de imaginar más allá de la ventana. El paisaje se transforma en abismo, en atrayente precipicio; y no puede hacer nada.



Relato finalista en Wonderland el 12/11/2016

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