Una pequeña araña
se posa en mi mano mientras me fumo un cigarro de esos en la terraza. Al verla
no me asusto, al contrario; ojalá su mordedura me diera poderes sobrehumanos.
El sentido arácnido y la habilidad para trepar por las paredes están bien, pero
yo soy más ambicioso, y, puestos a pedir, preferiría volar como un pájaro. Contemplo
el cielo; me relajo viendo la blancura de las nubes en torno al sol, y pienso
que si ese gran poder me fuera dado, podría despegar como un cohete en
dirección al espacio. Lo haría bien: me ceñiría un traje ajustado, con capa, efectuaría
una cuenta atrás en la plazoleta del barrio y me despediría como toca de la
gente que quiero. Les diría que me voy un tiempo, que necesito estar en otra órbita
y salir de esta gravedad que me ahoga; que el cuerpo me pide explorar otras galaxias
y caminar por los anillos de Saturno o los cráteres de la Luna. No miraría
atrás, aunque me costaría dejar a mi perro Lolo y a una novia que tengo.
Esta Noche te cuento (ENTC). Tema: Un viaje espacial
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