–¿Por dónde
demonios has respirado hoy? –interpeló una madre a su hijo al llegar a casa–.
Sabes que no debes hacerlo en cualquier sitio, que si no eliges bien los
lugares puede afectarte como una alergia y después te salen ronchas muy feas en
la piel. Espero que no hayas vuelto a inhalar el ambiente de esas zonas
residenciales donde viven tus nuevos amigos, y no hayas entrado en sus lujosas
mansiones. Eso no lo has hecho, ¿verdad?... Si luego te entran náuseas y te
duele la cabeza no me vengas con chácharas y que no te lo advertí.
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