Sabes que te espían desde hace tiempo. Lo hacen cuando sales de casa y
cuando estás en ella. Hay cámaras y micrófonos escondidos por todo tu
apartamento. Lo supiste mientras regabas las plantas; el agua de la regadera
dejó al descubierto la cabecita de un micrófono hundido en la tierra. Disimulas
tan bien que podría decirse que, en realidad, eres tú quien controla a los que
te espían. Eres muy convincente aparentando. Felicidades. Les presentas cada
día una ficción tan bien teatralizada de lo que quieres que crean que ya los
debes tener engañados. No creo que sospechen de ti.
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