Voy a decirte algo bien clarito. Te lo diré deprisa porque me estoy
meando desde que entré en este enorme edificio buscando tu despacho. Como me he
perdido y no tenía claro en que piso estabas, he tenido que preguntar a la
chica de recepción. He subido por las escaleras; el ascensor está fuera de
servicio. Hasta el noveno. Veo que eres directora general, eso he leído en la
placa de la puerta. ¡Qué callado te lo tenías! Demasiados secretos. Perdona que
haya entrado sin llamar. Lo que tenía que decirte ha perdido interés. Paso de
palabras. No aguanto más.
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