Añadir leyenda |
Las
cosas siempre pasan ahí mismo, en tus narices, como en el teatro. Y alucinas
porque podrías interactuar. Sin embargo, ese instante eterno fabrica nudos en
la garganta. Esa insólita proximidad paraliza y deja coexistir gran variedad de
emociones. La respiración se acelera, vives conmovido en un escalofrío,
acorralado por sentimientos discordantes y eufóricos, porque, como digo, lo que
te desgarra o te hace sumamente feliz ocurre ahí mismo, en un escenario real, a
escasos metros. Tan cerca que, si quisieras, podrías tentarlo, palparlo,
acariciarlo… ¿Verdad que las cosas siempre pasan ahí mismo, en tus narices,
como en el teatro?
No hay comentarios:
Publicar un comentario