lunes, 20 de julio de 2015

DE CHISTE

Resulta difícil distinguir cuando alguien que siempre está de broma habla en serio. Quique era así; desmesurado en sus gracias y capaz de hacer un chiste de todo. Sin embargo, lo que nos contó aquella tarde resultó ser sincero; no contenía filtros humorísticos ni ironías ni poses teatrales. Pudimos dar fe del fatídico incidente de su historia al cabo de unos días. Nos contó que su padre, recientemente ascendido a guardia de seguridad, llegó a casa muy borracho y obligó a su madre a que le clavara un puñal para comprobar si su chaleco antibalas servía también contra los cuchillos. 

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