Lo malo queda grabado en el disco
duro de las paredes: discusiones, gritos, lloros. Las casas lo absorben todo,
por eso deben limpiarse de las malas vibraciones con energía renovada. Quienes
saben hacerlo, además de mantenerlas ordenadas y limpias, cierran las puertas
de los baños, bajan la tapa de los inodoros y colocan los tapones en los
lavabos para que no escape por ahí. Las heridas en baldosas rotas y zócalos
deben sanarse enseguida para prevenir posibles infecciones. Y, aunque un cuadro
torcido no supone una verdadera amenaza para el hogar, estos profesionales los recolocan
porque es como habitar despeinado.
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