En la hotel donde trabajo todo se pide con un «cariño mío» o un «corazón». Son las expresiones afectivas que más
usamos entre los trabajadores. Es la dosis necesaria de hipocresía para ser más
educados y cariñosos. «Buenos días, corazón. ¿Podrías traerme los manteles de
la lavandería, cariño mío?». Curiosamente, cuando hay alguna rencilla entre
nosotros también las utilizamos. «¡No te das cuenta, cariño mío, que has
colocado mal las copas!». Las palabras amortiguan cualquier situación tensa. De
hecho, cuando nos faltamos al respecto, son imprescindibles para no llegar a
las manos. «Corazón, eres un hijo de perra. Te partiré la cara, cariño mío».
Qué decir, corazón. Todo cae mejor cuando te tratan dulcemente.
ResponderEliminarAquí utilizan muchísimo reina y rey, aunque no en todas las situaciones.
:-) Saludos 👌