Necesito salir de mi zona de confort y plantarme en este paisaje frío y
nevado. Ya está bien de lo de siempre. Una tecla de reinicio es lo que busco, o
un buen resfriado que me deje tocada. Sentir las estalactitas que lleva el aire
en mi rostro; que mis ojos perplejos se humedezcan y lloren al descubrir una gélida
ventisca. Ojalá mis pupilas fueran nieve y mis lágrimas perlas congeladas. Pagaría
por moquear como una gorrina y tener una tos seca, tuberculosa, que me obligara
a regurgitar, a escupir lapos amarillos y verdes sobre un manto níveo de hielo.
Ya estoy cansada de que todas mis ideas de felicidad acaben siempre en una
maldita tienda de moda.
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