No echo en falta el aseo personal desde hace mucho tiempo. Tengo una
vida sucia y plena. Evidentemente vivo solo, como un gato solitario, protegido
por una costra dura y roñosa. Si por alguna circunstancia tuviera que entrar en
contacto con el agua, a estas alturas, lo haría como un crustáceo, pues poseo
un caparazón similar al de estos artrópodos. Los seres humanos estamos mal
diseñados. Tenemos la fortaleza en el interior y la fragilidad en la parte de
afuera, en la piel, en ese velamen sensible a las caricias que puede sangrar
con el leve pinchazo de un alfiler.
Relato finalista en Wonderland el 24/03/2018
Relato finalista en Wonderland el 24/03/2018
Gracias Julio David. Un saludo.
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