Me
pregunto qué saben de mí estas cuatro paredes. Qué sabe de mí la lámpara del
techo que parece tener ojos. Qué saben los carteles de toreros y los posters de
modelos semidesnudas que tengo colgados. ¿Acaso conocen algo de mi esencia? Qué
saben los libros de la estantería y ese pajarraco de trapo que reposa sobre ella
al que llamo Pio Pio Baroja. ¿Conocen el detalle de mis miedos? ¡Sería un lujo
que esta cama me hablara claro! Escucharía la opinión inerte de lo que me rodea
para discernir si este mundo es solo una preparación para el siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario