La
vida puede interpretarse como los cuadrantes de «Hundir la flota», el
tradicional juego de estrategia naval donde se involucra a dos participantes. Prácticamente,
todo es agua, aunque Leandro, el frutero del mercado, es un auténtico
acorazado. Atiende a una atractiva clienta con suma amabilidad e ingenio. B5;
tocada. La joven sonríe, y él sigue encandilándola con su piquito de oro. C5;
tocada. Consigue hacerla reír y que le brillen los ojos. Ha comprado un kilo de
manzanas. No le cobra. D5; tocada. Ella se saca un papelito del bolso y anota
su número de teléfono. E5; tocada y hundida.
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