Con
este plato que voy a prepararte vas a perder la cabeza, te lo aseguro. Te
cocinaré el cerebro, bien frito, rebozado con pan rallado, ajo y perejil, para
que sientas como cruje al morderlo. Te lo acompañaré con moras, arándanos y
grosellas; también de algunos frutos secos, y una rica gelatina que prepararé con
tu pie desfigurado; ya no te sirve de nada. Todo ello sobre una cama de lechuga
y flores silvestres. Luego, si te quedas con hambre, puedo partirte los fémures;
extraerte el tuétano con una cucharilla y servirte esa jugosa médula con
frambuesas, caracoles y setas.
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