Subir de nuevo a la habitación
donde se apostaba y mantener los buenos modales con el que ya se cobró lo suyo,
era el paso lógico para hacerles ver que, incluso habiendo perdido el dedo
meñique de mi mano izquierda, estaba dispuesto a darlo todo en la Gran Partida,
y poner en juego, si hacía falta, hasta la mano de mi hija.
Mi participación en Relatos en Cadena de la Ser con la frase inicial que está en negrita.
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