Quiero que me guste el fútbol, pero
sin postureos; que sea de verdad y sintiendo los colores. Ya soy de un equipo.
Tengo el chándal oficial, la bufanda y colecciono todo lo que sale. Sigo los
partidos en la tele, veo los resúmenes y memorizo el nombre de los futbolistas por tener nociones básicas; me siento comprometido. Voy al campo siempre que puedo; dicen
que el espectáculo es mucho mejor en directo, y canto los goles. Incluso he
viajado al extranjero con nuestra peña. Siempre, claro está, con la intención
de que, algún día, este deporte de masas llegue a cautivarme.
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