Si un perro tiene ojos de persona no sirve como perro. Pasa exactamente
lo mismo con los hombres y las mujeres que tienen ojos de perro; no serían
válidos como personas.
Es una curiosa circunstancia que pasa inadvertida, pero si nos fijamos
bien, a pesar de que ambos poseen una superficie ocular muy parecida, podemos
advertir características anatómicas específicas. El ojo canino, si os fijáis,
solo tiene pestañas en el parpado superior, mientras que el ojo humano en los
dos parpados. Además, la apertura palpebral de los perros es mucho más amplia. La
esclerótica, o el blanco del ojo, es poco visible en estos mamíferos de cuatro
patas, sin embargo su córnea es mucho más grande y gruesa. La frecuencia del
parpadeo de los humanos es de doce a quince veces por minuto, mientras que la
de los cánidos es de siete a ocho. Nunca tengáis en cuenta la expresión de la
mirada, no sirve y puede llevar a equívocos. Por eso, a través de estas sencillas
referencias podéis descifrar si quien os habla es un perro o quien ladra una
persona.
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