El Colacao me alivia, y
además me aporta magnesio. Me lo tomo todas las mañanas, sin leche, a palo
seco, como una medicina. Me encanta. He llegado a tomarlo a cucharadas. Sin
embargo, muchas veces se me hace bola y me cuesta tragarlo; se forma una pasta espesa
y apelmazada, como de polvorón. Pero, desde hace unas semanas, he descubierto
que tomándolo por la nariz resulta más cómodo, incluso más placentero. Me
preparo montoncitos de cacao sobre el banco de la cocina y los esnifo con un
barquillo de chocolate. Mi padre hace lo mismo, pero con rayitas de azúcar.
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