domingo, 16 de agosto de 2015

«SANGRASANGRA»

Los mejores helados de casquería se elaboraban en «Sangrasangra», una conocida franquicia que trabajaba con las mejores reses y los más destacados matarifes del despiece y el degüello. Los Borriguez, ascendientes de una conocida estirpe de charcuteros, despachaban sus singulares tarrinas de mantecado en ese marcado territorio de matanza. Entre las consumiciones más demandadas, había varias combinaciones estrella: la bola de zarajos de cordero con la de sesos de tocino, y la de criadillas de ternero con la de morteruelo de Cuenca; una fusión perfecta para los más golosos. El granizado de mollejas de pollo, por su refrescante sabor y su agradable textura, era el refresco preferido por los niños. Y para los que estaban dispuestos a dejarse sorprender por los más afrodisiacos despojos, estaba la opción del estimulante y colosal cucurucho de rabo de toro.

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