Vivir
una vida cantada tendría mucho de insólito, lo sé, pero estoy convencido de que
este mundo sería mucho mejor. Solo deberíamos esforzarnos en adquirir la
actitud actoral y las ganas de llevar a cabo la hazaña. Las situaciones,
seguramente, conllevarían a la incredulidad, pues pedir un café o mantener una
conversación entonando rítmicamente una melodía restaría verismo y
trascendencia a las cosas. Imaginad una circunstancia traumática o dolorosa; sería
todo un reto. Bueno, yo voy a experimentar con mi padre. (Letra: Papá, anoche
te cogí el coche y lo empotré sin querer contra un muro. Música: típico
villancico navideño).
sábado, 31 de diciembre de 2016
viernes, 23 de diciembre de 2016
CAFETEROS
Los
objetos son muy importantes. Eso piensa un hombre enquistado por los sinsabores
de la vida. Que no le hagan elegir entre su vieja cafetera o la vecina cascarrabias
del quinto. Ante ese dilema, lo tiene claro: objetos, animales y personas; en
ese orden.
Desde
hace unas semanas tiene un periquito; un regalo de su madre. Lo alimenta bien,
le habla y lo trata con cariño, pero no le tiene el mismo apego que a su
cafetera; la que le gorgotea deliciosos cafés y le infunde un bienestar que
solo él valora. En realidad, a su madre también la salvaría.
miércoles, 21 de diciembre de 2016
LA VERDAD
Un
señor, tapado hasta el cuello, empezó a rezar el «Padre Nuestro» para sí mismo,
acostado en la cama, boca arriba, y con las manos trenzadas sobre el pecho. Es
una oración potente, adictiva, capaz de curar almas heridas. La recitó quince
veces, con sentimiento y una fe que antaño no tenía. «¡Dios mío, haz que tu
voluntad se haga en mí!». Al acabar, se sentía vivo, ahí en la cama, más que
durante el día. Sus ojos, arrasados de lágrimas, se quedaban mirando una mancha
del techo, perplejo por la felicidad que le embargaba; la única verdad que
desconocía.
lunes, 19 de diciembre de 2016
DISTOPÍA
Dos
perros mordían con rabia una misma pelota de tenis en medio de una asolada carretera.
No temían ser atropellados, pues ya nunca circulaban vehículos. El mundo quedó
despoblado de toda presencia humana por razones que ahora no vienen al caso. Un
tercer perro se aproximó a ese tira y afloja con la intención de entrar en la
contienda; pero no había suficiente pelota para que sus colmillos se clavaran
en ella. La situación cambió de repente en una escena cruenta y repulsiva, muy desagradable;
y os puedo asegurar que nada tuvo que ver la condición salvaje de los cánidos.
sábado, 17 de diciembre de 2016
UNA TARDE
El
paisaje rural de un pequeño pueblo de interior libera a un hombre que deambula
sin rumbo aparente. Va con las manos cogidas tras la espalda, consumiendo su dulce
locura. Se sienta en un banco. Descansa. Escucha el canto de los pájaros, el
silbido del viento y una voz que lo alerta, la tuya. Se fija en ti, en cómo lo
miras. «Qué bien vivimos», le sueltas. Él no dice nada, te aguanta la mirada y
deja que hables. Cuando te marchas, sigue con lo suyo: observa los papeles y
las bolsas de plástico que se persiguen por la acera.
jueves, 15 de diciembre de 2016
EL VERDUGO
Una
pareja de turistas me pidió si podía hacerles una foto. Les dije que sí, claro.
«Saque el castillo de fondo», exigió la joven pizpireta situándose junto a su
delgaducho novio a escasos metros delante de mí. Me quedé un momento examinando
el móvil que me dejaron para realizar la instantánea. «¿Encuentra el botoncito
donde debe darle?», se aseguró el muchacho con una risilla. «Sí, sí, lo veo,
gracias», dije. «Es el círculo gordito lo que debe presionar», aclaró ella
adoptando una pose forzada y ridícula. Entonces, enfoqué a la simpática pareja
de guiris e hice lo que debía hacer.
Relato GANADOR en Wonderland el 18/02/2017
Relato GANADOR en Wonderland el 18/02/2017
martes, 13 de diciembre de 2016
OTOÑO
Un
señor tamborilea con los dedos en la mesa de una cafetería mientras enhebra un
pensamiento. Está sentado junto a la ventana, embebido en la murria de la
tarde. Piensa en un terremoto, en un castigo divino. La ciudad le ahoga, le
frustra, y, señalándose la cabeza, se dice: «todo está aquí, en mi maldita
perola». Un desastre de esa magnitud acabaría con todo; lo más justo sería una
tormenta, piensa, un rayo que le cayera fulminante. En el cristal observa su
triste reflejo, los pliegues de sus párpados, capaces de sostener las hojas
caídas del sauce llorón de afuera.
Relato finalista en Wonderland el 04/03/2017
Relato finalista en Wonderland el 04/03/2017
miércoles, 7 de diciembre de 2016
QUIÉN PUEDE MATAR A UN NIÑO
¿Quién puede matar a un niño, aunque sea un niño
zombi?
El
pequeño cadáver viviente, que entró en mi casa mientras me preparaba la comida,
era un chavalín de cabellos rubicundos, harapiento, todo él putrefacto, de
rostro carcomido y pestilente. Un eructo suyo le llevó a otros más sonoros, y
la cadena de gases de su estómago podrido me llevó a la náusea, a descuidar la
cocción del arroz con verduras que me cocinaba. No le dejé que se acercara.
Abrí la ventana y me ayudé de la escoba para ahuyentarlo, para lanzarlo por
ella. Así le perdoné la vida.
lunes, 5 de diciembre de 2016
REENCARNACIÓN
No
recuerdo prácticamente nada de cuando morí. Solo vagas imágenes en una estepa
protegiendo a mis cachorros hiena de un ataque salvaje. He vuelto otra vez a la
vida, como un ser humano. Pero no logro adaptarme a este cuerpo de mujer, que
anda nervioso por esta Rambla concurrida de turistas. Me he visto. No soy
guapa. Tengo ojos de loca, y me resulta imposible esconder esta risilla macabra
que tengo. Doy miedo. Y tengo hambre. Mucha hambre. Ansia por devorar
salvajemente cualquier cosa. Desde unos espaguetis con tomate a los estómagos
voluminosos de los paseantes que me voy encontrando.
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