jueves, 26 de marzo de 2020

EL CALENTADOR


13ª crónica de un confinamiento improvisado

Hoy se me ha estropeado el calentador de agua. A nivel personal es la peor noticia que he tenido que asumir desde que estamos recluidos en casa. Ha sucedido mientras me duchaba, de repente, con el cuerpo totalmente enjabonado. He calentado agua en una olla para acabar de asearme en una palangana. El objeto es una verdadera reliquia que pertenecía a mis abuelos; un objeto maravilloso, una joya de loza blanca con un sencillo ribete azul en el borde. En casa necesitamos agua caliente para poder disfrutar de un baño o de una ducha, o simplemente de hacer más confortables tareas tan sencillas como lavar los platos. Ay, Dios mío. Tenemos todas las necesidades cubiertas con tan solo apretar un botón y nos sentimos perdidos cuando algo deja de funcionar. Mi calentador es de gas. He intentado recordar la manera en que lo repara el técnico cuando se ha estropeado las veces anteriores. Suele venir cada dos o tres meses. El termo tiene sus años, pero aún tira. Le he quitado la carcasa metálica que cubre su maquinaria interna y le he visto las tripas. Su corazón es la pequeña llama que sale del quemador, la que justo se ha extinguido porque hay algo que la obstruye. El gas es el combustible que hará posible que su pequeño corazón vuelva a latir. El funcionamiento es sencillo. Se abre el grifo de agua caliente; el gas enciende la llama; el agua fría entra en la caldera y circula por dentro del serpentín; el serpentín es un tubo en forma de espiral que al pasar por encima del quemador consigue que el agua de su interior se caliente. Qué fácil es conseguir lo que necesitamos activando la maquinaria que se encarga de ello. Necesitamos un cursillo de supervivencia para cuando llegue el fin del mundo. Y presiento que se acerca. Está a la vuelta de la esquina. Llamaré al fontanero. Solo veo tubos, piezas gastadas y cables enrollados. Un caos que no entiendo. Espero que den servicio y puedan venir a arreglarlo. Si me dicen que sí, a las ocho aplaudiré por ellos y les dedicaré una canción.  

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