sábado, 28 de noviembre de 2020
VISIÓN
domingo, 22 de noviembre de 2020
APNEA
domingo, 8 de noviembre de 2020
ME PESAN LAS MALETAS
A la mayoría de la gente le gusta vivir donde vive. Si viajan es para
volver al lugar donde están arraigados. Yo tengo un viaje, pero no me apetece
hacerlo. Solo es de ida. El paisaje de mi entorno es insuperable. Mi pueblo representa
al mundo. Todo me recordará a él. Se respira lentitud y sosiego, y la rutina de
los amaneceres aporta calidad a mis ideas. Este cambio va a dolerme. Intuyo
curvas, frenazos y rotondas propensas al mareo. Hacer las maletas no va a dar
marcha a mi alma. Siento el latido doloroso en mis sienes. Algo demasiado
impuro está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, espero que el cielo donde
he de quedarme se esfuerce en ser como este. No sabré tener sentimientos en el
porvenir de las selvas urbanas.
jueves, 29 de octubre de 2020
EL SABOR RANCIO DE LAS PALABRAS
Unos «pies enlatados» huelen a berberechos rancios, a conserva en mal
estado. Las palabras embutidas desprenden tufos y aromas. Algunas, al pronunciarse,
hieden y otras resultan apetecibles. Depende de cómo se combinen. Yo, al
morderlas con las fauces de mi imaginación, puedo determinar algo de su sabor. Me
sacio degustándolas a través de mi mente. Sin embargo, los que acostumbran a
bramar y a gruñir con el lenguaje, aseguran que ser malhablado aporta un plus gustativo
a lo que decimos; más, incluso, que una voz correcta y un tono adecuado. Insultar
a alguien con vehemencia y apasionamiento lleva a que las palabras se llenen de
sustancia y no se conviertan en trozos insípidos de porexpán. Si pronunciamos
con gravedad y trascendencia cualquier vocablo, por irrelevante que pensemos
que este sea, nuestro paladar y nuestra lengua son capaces de saborear la magia
de la sinestesia.
viernes, 23 de octubre de 2020
EL PINTOR DE QUIMERAS
La alegría con la que entra en mi casa uno de los perros que he pintado
se convierte en un hecho extraordinario. El animal pertenece al elenco de
criaturas fantásticas de mi imaginario, por lo que existe una proximidad afectuosa
y cordial. Lo percibo. La bestia se muestra tranquila y confiada. Olfatea mis
piernas, el suelo, los muebles, aquello que va encontrando a su paso, y, en ese
rastreo impulsivo, llega a mi estudio, al espacio donde almaceno mis cuadros.
Se aproxima a ellos. Están apilados contra una de las paredes. Se muestra
inquieto y los huele repetidas veces. Entonces, cuando deja de moverse, levanta
su pata derecha y expulsa un líquido brillante que le mana de su entrepierna como
en una fuente. Moja los cuadros y, ese contacto úrico, origina un vaho, una
bruma espesa que tiene la fragancia del algodón de azúcar. Mi cara lo tolera como
una atmósfera embriagadora, pero, poco a poco, se va condensando un vapor opaco
y sombrío que dificulta mi visión. Presagio que lo representado en estos soportes
alcance una dimensión tangible, real, una transformación, un cambio, una
metamorfosis; y que otra de mis incontables criaturas cobre vida.
lunes, 1 de junio de 2020
EL HOMBRE QUE RONCA
Hay un ser que duerme y ronca, que se despierta por el ruido de su tremebunda
respiración. ¡Joder!, exclama refiriéndose al ronquido que lo desvela. Sus ojos
no consiguen cerrarse de nuevo para conciliar el sueño, pero se queda en la cama
echado boca arriba, tranquilo, con las manos entrecruzadas sobre el pecho. En
la oscuridad huele el aire contenido de la habitación, el resuello caliente que
sale de sus tripas. Percibe los leves latidos del órgano que lo mantiene vivo y
el rumor incesante de la vieja nevera que descansa en la cocina. A estas
débiles resonancias se une una retahíla de ruidos que el hombre determina con un
ritmo, y los transforma en estímulos que llegan a su cerebro como una manera
evocadora de crear música. Entre los accidentes sonoros se suma el silbido del
viento y su azote contra las persianas; el cric-cric de los grillos; el circular de
varios vehículos por el asfalto adoquinado de la calle; un despertador que
suena de repente a través del patio de luces; el golpe seco de una puerta que
se cierra; y algunas vibraciones imperceptibles que sigue emitiendo su cuerpo. Descontextualiza
y regulariza esas fracciones de ruido en el pentagrama de su mente y crea un
paisaje sonoro que interpreta como una bella sinfonía. Concibe un lenguaje que
va más allá de la susceptibilidad musical y sus oídos captan un mundo repleto
de microtonos y subdivisiones inclasificables. Su prodigio reside en eso. El silencio
de la madrugada se rompe a través de continuas estridencias que irritarían a
cualquiera. Sin embargo, a este hombre que respira gruñendo, esos sonidos
inarticulados lo sumergen en el éxtasis más profundo de su alma; porque halla más
arte en las expresiones ruidosas de la noche que en el canto de unas voces afinadas.
domingo, 24 de mayo de 2020
FELIZ CUMPLEAÑOS
miércoles, 20 de mayo de 2020
DOS OJOS
martes, 19 de mayo de 2020
LA DENTADURA
miércoles, 13 de mayo de 2020
SOY MUY FRANCO
lunes, 4 de mayo de 2020
BICHO LITERARIO
domingo, 3 de mayo de 2020
LOS DE ARRIBA
sábado, 2 de mayo de 2020
RADIOGRAFÍA FACIAL
viernes, 1 de mayo de 2020
EL BINOMIO FANTÁSTICO
jueves, 30 de abril de 2020
CONTENIDO POCO NETO
miércoles, 29 de abril de 2020
CADÁVER EXQUISITO
martes, 28 de abril de 2020
LA LECHUGA DE VERÓNICA
lunes, 27 de abril de 2020
ENJAMBRE MICROBIANO
domingo, 26 de abril de 2020
UN ÁRBOL HA VENIDO A VERME
sábado, 25 de abril de 2020
IMAGINAR
viernes, 24 de abril de 2020
OJITOS DE CEREZA
jueves, 23 de abril de 2020
SOY LO QUE COMO
miércoles, 22 de abril de 2020
LA LLAMADA
martes, 21 de abril de 2020
UN JERSEY DE ROMBOS
lunes, 20 de abril de 2020
¡VIVA!
domingo, 19 de abril de 2020
ESTAR EN BABIA
No hay lógica en los destinos. Y no hablo de la muerte, pues esa suerte es irremediable. Sino del patrón que intuimos y prevemos en nuestra vida para que vaya cumpliéndose en función de nuestras vivencias y nuestra voluntad. Me gusta creer que hay un destino equitativo: tanto ofreces, tanto te espera. Nuestros caminos están mínimamente esbozados y, en principio, siguen una la trayectoria que nos marcamos. A menos que hagamos algo imprevisible e irracional que cambie el orden de las cosas. ¿Cuántas veces hemos sentido la fragilidad y la tentación de hacer una locura desde lo alto de un despeñadero y desfigurar ese orden?
sábado, 18 de abril de 2020
LA EVOLUCIÓN
Con mis quevedos apoyados en el vértice de mi nariz puedo filosofar a través de la escritura y disfrutar del proceso creativo. Cuando me atasco paro un momento y miro por la ventana. La calle me da pistas porque representa al mundo. Y más ahora. Viajar nunca ha sido necesario. El alma, si está contenta, puede sentirse plena con una débil expectativa.
Así me sentía almorzando con un grupo reducido de amigos. Nunca he sido amigo de las masas ni de buscar el amor verdadero. Pero, estos días, comprar en el mercado y ser atendido por una joven de ojos verdes y su mascarilla estampada me ha tambaleado por dentro y se ha construido en el aire un misterioso infinito. ¿Es necesario el amor? Cuando termine todo esto espero que, al menos, no necesitemos de todos los sentidos, ni del olfato ni del gusto, y que la naturaleza, en su lenta e imperceptible evolución, sepa hacernos entender que con un ojo tenemos suficiente.
viernes, 17 de abril de 2020
TRES SUEÑOS
En el segundo sueño, esos mismos ojos, azul verdosos y de largas pestañas, estaban encajados en la mirada asustadiza de un perro callejero que aullaba a mi ventana.