A la mayoría de la gente le gusta vivir donde vive. Si viajan es para
volver al lugar donde están arraigados. Yo tengo un viaje, pero no me apetece
hacerlo. Solo es de ida. El paisaje de mi entorno es insuperable. Mi pueblo representa
al mundo. Todo me recordará a él. Se respira lentitud y sosiego, y la rutina de
los amaneceres aporta calidad a mis ideas. Este cambio va a dolerme. Intuyo
curvas, frenazos y rotondas propensas al mareo. Hacer las maletas no va a dar
marcha a mi alma. Siento el latido doloroso en mis sienes. Algo demasiado
impuro está a la vuelta de la esquina. Sin embargo, espero que el cielo donde
he de quedarme se esfuerce en ser como este. No sabré tener sentimientos en el
porvenir de las selvas urbanas.
domingo, 8 de noviembre de 2020
ME PESAN LAS MALETAS
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