miércoles, 8 de septiembre de 2021

LOS FANTASMAS


La madre reza por su hijo, lo escucha, lo atiende, lo abraza; deja que su cabeza atormentada descanse sobre su regazo. Le dice que todo irá bien, que su angustia pasará y, del mismo modo que se ha manifestado en él, desaparecerá. La madre lo alivia con su afecto, su positividad, su fe, pero no logra que la situación cambie. El desasosiego y la pena que sufre su hijo son una circunstancia oscura y temible por la que ha de pasar. La madre siempre lo acompañará. Siempre. Pero será él, y solo él, quien deberá salvarse.

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