viernes, 21 de diciembre de 2018

PERDERSE EN EL TRAYECTO


La mujer que cogía todos los días el bus para ir al trabajo sabía que lo más sensato para que todo avanzara con normalidad era amar a su marido y disfrutar de la vida familiar con sus hijos. Dedicar su tiempo a eso era lo más sano; pero el tiempo que transcurre desde que nacemos hasta que morimos no está hecho para ser cómodo, y a ella le resultaba imposible practicar la indiferencia cuando algo le bullía por dentro cada vez que levantaba la vista hacia el retrovisor interior y comprobaba como su mirada se cruzaba con la del chófer.

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