miércoles, 23 de enero de 2019

SUPERDOTADOS


El perro no tenía motivos para suicidarse, pero desde que fue adoptado por un niño prodigio ya lo había intentado varias veces. La primera vez se tiró por un patio de luces. El perro saltó uno de los muros que dividía la azotea del edificio y se encontró con un espacio descubierto de siete pisos de altura. La segunda vez se escapó de casa y se lanzó a la carretera cuando pasaba un coche. Siguieron más intentos, y siempre salió ileso.
    Es por todos conocido el mal envejecer de los niños prodigio. Durante su juventud son capaces de dominar muchas materias y disciplinas; sin embargo, con el tiempo, esa naturaleza que los hace especiales va desembocando en otra muy distinta. Esta mascota, vivaracha y traviesa, también daba la impresión de no ser un perro normal, era superdotado como su amo, tanto en su evidente fortaleza física como en la mental, pues, hasta ahora, había sido capaz de aguantar la heterodoxa vida de un tipo que superaba, día a día, los límites de la normalidad.  

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