miércoles, 2 de enero de 2019

FELIZ ODIO NUEVO


Odio los trabajos que no poseen nada de nuestros hobbies, de nuestras pasiones; odio muchas cosas de la vida, también a mucha gente. Es humano. Siempre he buscado culpables para canalizar mi odio. El fútbol es una de mis vías; también la televisión y la política del día a día. Es fácil buscar en lo bucólico algo que me produzca náuseas, por eso odio la Navidad. Me centro en aquello que es vomitivo y lo convierto en otra cosa. La fabulación me da sentido. Lo hago con un papel y un lápiz, dibujando; o capturando ideas en mi móvil que luego traslado al ordenador, escribiendo. No soy un escritor puro, ni un dibujante puro… Pienso que es absurdo serlo; no me gustan aquellos que van de puros en lo artístico o lo creativo. Pierden su gracia (y mi interés). No odio ser creativo. De hecho, aplaca el carácter insoportable que tengo conmigo mismo. Mis mundos parten del odio (aunque uno pueda ser un tipo afable y bonachón). Agudizo mi mirada en la gente que fuma, en los cigarrillos, en el asqueroso humo que exhalan; imagino sus pulmones negros, bultos malignos, el cáncer, la muerte…Todo eso, y más cosas, son mi inspiración. Sé que no voy a inventar nada, pero me esfuerzo en crear arte de aquello que aparentemente no lo es.

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