sábado, 11 de agosto de 2018

SOY LO QUE COMO


Yo a las mujeres las quiero tatuadas. La piel cruda de las que no lo están no me dice nada. Un tatuaje bien hecho te lleva a la excelencia, a la conexión con alguien. Yo conecto con los dibujos de dragones en la espalda, pues interpreto que la mujer que los lleva es guerrera, épica, algo salvaje. La piel es el escaparate de uno mismo, un lienzo que se mueve con nosotros a todas partes. Yo soy gula, glotonería. Pecado. Y me encanta llevarlo tatuado. Mi espalda es una mesa grabada con manjares marineros, y mis brazos son salchichas, morcillas y chorizos. Todo bien dispuesto, como colgado, aprovechando lo largo del brazo. Un artista tatuador ha sabido plasmar con detalle todo esto que me llena. No es un capricho fruto de las modas o un acto de rebeldía. No. Soy lo que como. Lo he meditado. No puede ser de otra manera. Esto es para toda la vida. Tengo la certeza de que inyectar tinta y colorantes indelebles en la piel es la mejor manera de proyectarnos en esta vida tan loca.


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