miércoles, 13 de mayo de 2020

SOY MUY FRANCO


Soy lo bastante sincero como para decir a quien sea lo que pienso. Es lo primero que dejo claro cuando conozco a alguien. Soy una persona clara, directa, rotunda, honesta, recta, decente, leal… No voy con medias tintas ni pamplinas ni paripés. Soy franco. Quizás demasiado. La verdad es mi opinión. Me define. Aunque sea provisional y caduque con el tiempo. Algunas veces podría ahorrármela porque, en realidad, no trasciende en nada importante, solo en mis ganas por verbalizarla y en sentir la descompresión de mi cuerpo. Me gusta eyacular palabras verdaderas, espontáneas, con el rigor que me ofrece la exquisitez del lenguaje. Siento que es mi obligación. Ya está bien de llenar este mundo que zozobra con palabras fatuas e innecesarias. La confesión desahoga mi alma. No puedo fingir ni ocultar la exaltación cuando me reconcome el sentimiento arrollador de la verdad. Sin embargo, sé que no existen las educaciones perfectas. Supongo que la mía tampoco lo es, ya que a menudo mi ardor se confunde con una actitud infantiloide y mezquina. Pero me da igual. Siempre diré lo que crea oportuno a quien sea y cuando sea. Es una mala época para las relaciones humanas. Espero que no os moleste ni que os sintáis decepcionados. Soy así. Pura sinceridad. De lejos soy como todos, pero de cerca muestro mis particularidades y mis contrastes; mis sombras, mis secretos, mis falsedades. En mis palabras siempre encontraréis pureza e integridad. Nadie puede poner en duda lo que pienso o siento. 

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