miércoles, 14 de noviembre de 2018

PERFUMARSE CON PETRICOR


Enseguida noto la mala calidad de la lluvia. Las nubes que la contienen están gastadas y revenidas; llevan demasiados días moviéndose lentamente por cielos viciados. El aire que se respira huele a estanque, a sapo muerto. Las primeras gotas de lluvia, al caer sobre caminos polvorientos, son la esencia caducada que corre por las arterias algodonosas de estas grandes masas de vapor de agua. Sin embargo, un amigo perfumista asegura lo contrario; dice que su aroma es embriagador, cálido y terrenal, muy agradable para incluirlo en cualquier perfume, y que el ozono interviene en esta fragancia propia de los dioses.  

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