jueves, 8 de noviembre de 2018

DAR LIMOSNA


Gracias a la pobreza y la indigencia, la caridad ensalzó los sentimientos más nobles de George, un empleado de banca al que la vida trataba bien. Hacer buenas acciones estaba a la vuelta de la esquina, o en la misma esquina en forma de mendigo. Un día, el banquero lanzó unas monedas en el cesto de un pobre indigente, y lo que había de mezquino en George pasaría a la excelencia en apenas un momento. La conciencia y los pecados se lavarán en el acto, pensó; aunque aquella fría mañana de febrero, desayunando con su esposa, hubiera hecho algo atroz.

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