martes, 15 de mayo de 2018

PESADILLA


Cada noche, cuando me acuesto, trabajo en mi sueño. Voy dándole forma y sigo construyéndolo desde el punto que me quedé la noche anterior. Llevo poco, aún estoy poniendo cara a la gente que va apareciendo. Su rostro, hasta el momento, es un óvalo liso, incompleto, sin pliegues ni fisonomía. En el sueño soy el único con ojos, orejas, nariz y boca; así que, esta noche, si todo va bien, diseñaré la morfología facial de todos los personajes. Quiero dar rienda suelta a mi imaginación y descartar lo convencional. Mi mayor deseo sería proyectar un mundo dominado por perros salchicha.

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