sábado, 19 de mayo de 2018

MUSEOS


La mayoría de personas poseen en su interior la materia prima para cometer actos terribles, de ahí que les corte la cabeza y las presente como trofeos. Para saber si poseen esa cualidad atroz, antes de sacrificarlas y colocar sus testas en espacios habilitados, les doy unos golpecitos en la cabeza con mis nudillos, igual que se hace con los melones expuestos en los mercadillos para saber si son óptimos. Es fácil. Si la cabeza suena compacta es que son buena gente. Si suena hueca es gente perversa. Ya son varios los museos que se han interesado por mi colección.

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