lunes, 21 de marzo de 2016

ALQUIEN QUE CONOCEMOS

En el barrio había un papanatas que disfrutaba ofendiendo porque sí. Todos sabían que no era amante del agua, y echaba por la boca los gases del estómago. Sin destacar en nada, tenía la autoestima muy subida y se convertía en un gallito sin modales que rajaba de las mujeres talentosas. Incluso siendo un retaco, cuando se las encontraba, se encaraba a ellas, desafiante, sacando pecho y desplegando una ridícula fiereza que buscaba el enfrentamiento. Ellas, al verse intimidadas por el peculiar espécimen, lo abordaban con perspicaces comentarios que él hacía ademán de entender, pero no se enteraba de nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario