martes, 28 de diciembre de 2021

EL ASCENSOR

Subirme a un ascensor me ha estimulado gratamente. El olor que despedía me ha transportado con violencia a mi infancia. Ha sido el acceso directo a mis recuerdos, a un cúmulo de emociones vividas durante mi niñez. 
Mientras ascendía me he visto en casa de mis abuelos maternos, en el pequeño comedor de la calle Pescadores, saboreando el potaje de garbanzos que hacía mi abuela Gabriela. ¡Por Dios, qué delicia! Mi abuelo Carlos, como era habitual en él cada vez que comíamos legumbres, me ofrecía su dedo índice retraído, imitando la forma arqueada de un gancho, y decía: "Estira'm lo ditet, fillet". Y yo lo hacía; le estiraba el dedo sabiendo lo que iba a ocurrir a continuación. No sé si es debido a que estas fechas remueven el presente y acentúan nuestra espiritualidad, pero he pensado que solo el amor se recuerda y se aprecia a través de los detalles. Solo es cuestión de años, de haber vivido, y de tener algo de memoria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario