sábado, 2 de noviembre de 2019

CREATIVIDAD A CONTRALUZ


Abrir y cerrar. Encender y apagar. Luz y oscuridad. Vida y muerte. Todo es basculante. Sin embargo, todas las posibilidades creativas y originales las hallo en la parte inactiva de estas oscilaciones: en el reposo de mi debilidad, en la penumbra de mi decadencia, en el trance de mi espíritu. Siento que mi imaginación es efervescente cuando, en el silencio de mi habitación y prácticamente a oscuras, me envuelvo de sombras y sostengo un ostentoso marco de madera que perteneció a mis antepasados. Mi reflejo se proyecta en el espejo y me veo como en un personaje pintado que cobra vida. Soy un fantasma triste que no trata de buscar la felicidad, caería en un grave error. A estas alturas todos saben que el secreto reside en no buscarla. No obstante, en este «off» vital que me fabrico cada día, siento que soy mi conciencia, mi imaginación, y todo aquello que pueda contarme e inventarme para agarrarme a la eternidad.

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