lunes, 30 de septiembre de 2019

DIOS ES PODÓLOGO


Con una mirada consigo detener el tiempo y que gran parte del agua salada que cubre la superficie terrestre se convierta en una masa gelatinosa y compacta. Mi propósito es girarla del revés para que los hombres y las mujeres que se zambullan en ese momento queden sumergidos en la ingravidez de un mar pegado al cielo, de manera que sus pies queden al descubierto, suspendidos en el aire. ¿Hay algo más bonito y propenso a los placeres sexuales que un pie humano? Esta extremidad es un milagro biomecánico que merece su protagonismo. Llevo demasiado tiempo compartiendo mis catástrofes y mis grandezas, por lo que ya viene siendo hora de que se contemple este pequeño prodigio como lo que es. Tiene veintiséis huesos, treinta y tres articulaciones y cien músculos y tendones. Su preciso mecanismo ha mantenido a los humanos en equilibrio, ha soportado su peso y los ha desplazado a velocidades variables. Qué se le puede pedir más.    

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