domingo, 22 de mayo de 2016

BAJADA DE BANDERA

El señor desengañado aprovechó el trayecto para enumerarle al taxista los defectos de su mujer:
‒Es fría. Calculadora. Tiene los ojos hundidos, muy pequeños. Su nariz es grande, ganchuda. De tez pálida. Poco risueña. Labios de frankfurt, operados. Tiene el don de poner en berlina a cualquiera. No le gusta el vino, ni la cerveza; solo los chupitos imbebibles de colores. Es puñetera. Gritona. No le digas de dar un paseo, ni la cojas de la mano; enseguida te escupe al suelo. Y su mandíbula: desencajada, como una auténtica cromañona...
‒Sí, sí… Son quince euros.

‒Gracias por el servicio, Paco.

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