viernes, 17 de enero de 2020

EL HOMBRE ÁRBOL


Estoy hecho de una especie de tallo leñoso recubierto de epidermis humana. Es lo que puedo aseverar al verme en esta patria de árboles talados. ¿Seré uno de ellos? Mi apariencia es antropoide, no cabe duda, sin embargo mis huesos tienen la forma y la dureza de un leño. Quizás mi espíritu sea el de una planta bípeda y carroñera que se mueve constantemente para evitar la quietud de la fotosíntesis. Llevo algún tiempo decapitándome con el filo de un hacha cuando noto que empieza a brotarme otra cabeza. También talo mis extremidades y podo los músculos superfluos que afean mi estética; reduzco mi tronco, aliso mi corteza y me simplifico a conciencia. Luego, para no dejar rastro, hago arder mis despojos como una tea. Hasta que un día serraré mi alma astillosa para borrar el recuerdo de haber nacido en el vientre de una encina.  

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