jueves, 29 de marzo de 2018

ANOCHECIDO


Cuento con un desespero con el que dialogo cada día, y he llegado a la conclusión de que soy un conjunto de manías. Algunas son inestables y cambiantes, y otras tienen una estructura fija, como una raíz que ha estado ahí perenne, toda la vida. Soy un hombre impresionable al que le afectan las cosas, desde los colores chillones a los aromas que liberan los armarios. Asumo mi decadencia progresivamente, aunque, sin saber cómo, he cerrado la puerta al afecto humano. Prefiero refugiarme en el silencio de mi cuarto para no preocuparme del futuro, para no saber si es de día o de noche. Estoy en continua penumbra, sumido en una agradable ceguera que me permite conectar conmigo mismo.

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