sábado, 4 de junio de 2016

EL CAMALEÓN

Lo primero que meto en la maleta cuando he de viajar por trabajo son las caretas que cambian mi aspecto. Está vez una semanita, qué bien. Tendré tiempo de conocer gente nueva y la posibilidad de no ser yo mismo. Aquí ya me conocen (o eso creen), y dicen que soy aburrido. Me llevaré una máscara para cada día (igual que de calzoncillos), e interpretaré la vida de otros con la ayuda de estos semblantes postizos. Seré sucio de noche y moderado de día, y, si tengo ocasión, miraré a las mujeres con ojos felinos, para engatusarlas, para que se entusiasmen con cosas que no son mías.

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