miércoles, 12 de agosto de 2015

EL HOYO

Cuando entorno los ojos para ver más allá, solo veo pequeños desastres que revientan. Diviso un horizonte difuso de sombras encorvadas que cargan pesadas mochilas; atiborradas de bosquejos, devaneos y verdades como puños; el lastre acumulado de sus vidas. Las siluetas se desahogan explosionando la tierra con dinamita, originando profundas fosas que luego tapizan con el contenido de sus macutos de miseria. Se despojan de todo, hacen balance de lo vivido y, vacuos, saltan sobre lo tierno de los recuerdos que revisten la pedregosa abertura; porque, al término, solo valen para almohadillar la caída al insondable hoyo de la nada.

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