sábado, 20 de agosto de 2016

MARRÓN

Esa mujer con taconazos y excesivamente maquillada ganaría más tapada que con ese vestido corto de seda. Su corpulenta apariencia estorba a la vista; cruza las piernas sin gracia y se rasca la entrepierna. Se ha sentado en uno de los taburetes de la barra, sofocada, impostando una ridícula voz femenina que alerta al barman de un asunto peliagudo. Con estupor le comenta que el baño ha quedado atascado por algo sobrehumano. Sugiere que lo solucionen cuanto antes y, aunque haya salido del excusado hace apenas un momento, por favor, no piense que de tal fechoría tenga algo que ver ella.

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