viernes, 19 de febrero de 2016

LA SORPRESA

Susi Gómez se dispuso a limpiar la habitación número 22 del Hotel Olimpia en el que trabajaba de asistenta hacía un par de años. Empezó por las camas. Había dos; y eso ya le pareció extraño. Se percató de que todo se repetía por duplicado. Había dos lámparas colgadas del techo, dos mesas, dos retretes, dos duchas, dos tostadoras, dos televisores…incluso un par de periódicos fechados igual. Llamaron a la puerta. «Servicio de habitaciones», exclamaron a dúo. La abrió. Frente a ella, una pareja de mozos bien plantados, clavados, totalmente desnudos, sujetando sendas rosas y, por cierto, muy bien dotados. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario